La burguesía dependiente lleva 150 años promoviendo el supuesto desarrollo del país, vendiendo el territorio, así lo hizo Marco Aurelio Soto y después Manuel Bonilla: la minería, luego las bananeras, hoy las maquilas y las llamadas “ciudades modelo”. Concesiones seguidas de leyes y constituciones fueron elaborados para facilitar la penetración del supuesto desarrollo; lo que se formó fueron enclaves, Honduras se convirtió en un Estado dentro de una compañía.
San Juancito y El Mochito, se convirtieron en los pueblos modelos de las minerías, ahora todos podemos visitar esos pueblos y ver la miseria que dejaron. Lo mismo pasó con las ciudades que estaban dentro del enclave bananero, atraso y miseria, el mismo camino llevan las ciudades maquiladoras. Las ciudades coloniales de los españoles también eran modelos para ellos, donde los indios solo iba a trabajar como sirvientes o constructores. Tegucigalpa era de los españoles y los indios vivían en Comayagüela.
Es cierto, necesitamos desarrollar las fuerzas productivas, pero en función de resolver las necesidades del hondureño. Lo que se ha desarrollado es el trabajo para el mercado mundial en su división del trabajo, para las necesidades del imperio. Al hondureño lo que se le ha dado es un miserable empleo y un bajo salario. Los enclaves se han quedado con la riqueza producida. ¿Qué se producirá o se hará en esas ciudades modelo? ¿O sólo habrán bancos, hoteles, burdeles, casinos, una especie de Disneylandia?
Hemos insistido en las necesidades de organizar una nueva economía: ciudades y pueblos liberados es lo que necesitamos. Debemos construir nuestra visión de país, nuestros sueños, esa es la tarea a emprender.
San Juancito y El Mochito, se convirtieron en los pueblos modelos de las minerías, ahora todos podemos visitar esos pueblos y ver la miseria que dejaron. Lo mismo pasó con las ciudades que estaban dentro del enclave bananero, atraso y miseria, el mismo camino llevan las ciudades maquiladoras. Las ciudades coloniales de los españoles también eran modelos para ellos, donde los indios solo iba a trabajar como sirvientes o constructores. Tegucigalpa era de los españoles y los indios vivían en Comayagüela.
Es cierto, necesitamos desarrollar las fuerzas productivas, pero en función de resolver las necesidades del hondureño. Lo que se ha desarrollado es el trabajo para el mercado mundial en su división del trabajo, para las necesidades del imperio. Al hondureño lo que se le ha dado es un miserable empleo y un bajo salario. Los enclaves se han quedado con la riqueza producida. ¿Qué se producirá o se hará en esas ciudades modelo? ¿O sólo habrán bancos, hoteles, burdeles, casinos, una especie de Disneylandia?
Hemos insistido en las necesidades de organizar una nueva economía: ciudades y pueblos liberados es lo que necesitamos. Debemos construir nuestra visión de país, nuestros sueños, esa es la tarea a emprender.
¡CON EL PODER POPULAR, A FORMAR LA HONDURAS NUEVA Y LIBERADA!
RENACIMIENTO
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